Qué es la Falacia ad ignorantiam y cómo rebatirla
Siempre me ha sorprendido la capacidad de algunas personas para realizar las afirmaciones más delirantes. Y cuando les pides que desarrollen su argumento con pruebas, salen con razones irrelevantes e igualmente disparatadas.
Pero quizá no haya prueba más irrelevante, que no ofrecer ninguna prueba.
¿Cómo? Así es, es el caso de no ofrecer pruebas concretas, sino que la única prueba consiste en alegar que no existe ninguna prueba en contrario que refute lo que afirman.
Es decir que ya ni siquiera te ofrecen una razón, por absurda que sea, sino que apelan al hecho de que no existe ninguna prueba en contra de lo que dicen.
A este tipo de argumentación defectuosa se la conoce como la falacia ad ignorantiam, que es la que nos ocupa el día de hoy. Y que a continuación veremos cómo rebatir o refutar, llegado el caso.
QUÉ ES LA FALACIA AD IGNORANTIAM
La falacia ad ignorantiam consiste en afirmar que algo es verdadero (o falso), porque no existe una prueba que demuestre su falsedad (o verdad).
Si lo planteamos como estructura sería algo así:
X es verdadero porque no se puede probar que X sea falso.
O su alternativa contraria;
X es falso porque no se puede probar que X sea verdadero.
Se la llama falacia de apelación a la ignorancia (ad ignorantiam en latín), porque se argumenta la validez de una proposición apelando a la ignorancia o desconocimiento de pruebas en contrario.
Te pongo un ejemplo clásico de falacia ad ignorantiam, aplicada para argumentar dos afirmaciones distintas, diametralmente opuestas:
“No existe ninguna prueba fehaciente de que exista vida inteligente en otros planetas, ni tan siquiera vida. Los aliens no existen.”
“Nadie ha demostrado que los aliens no existen. Con tantas estrellas y planetas en el universo seguro que existen””
Lo que se hace es poner la responsabilidad de la prueba en la parte contraria. En lugar de demostrar la afirmación propia, se espera que otros demuestren que es falsa.
¿Por qué es una falacia? Porque hay un error de razonamiento, al no aportar ninguna prueba o evidencia lógicamente válida para justificar la afirmación.
Y es que desde un punto de vista lógico una afirmación debe probarse para poder considerarse cierta. Ampararse en que la afirmación es correcta por el sólo hecho de que no existe una prueba que demuestre que es falsa, no es suficiente prueba, racionalmente hablando.
LA FALACIA AD IGNORANTIAM Y LA CARGA DE LA PRUEBA
En lógica existe un principio que es el “onus probandi”, la carga de la prueba. Quien realiza una afirmación, posee la responsabilidad de probar lo dicho,, es decir que tiene la carga de la prueba.
El concepto de “carga de la prueba” es un concepto legal. La carga de la prueba es la obligación de quien acusa de aportar la prueba que sostiene su acusación. Es decir, que quien acusa de un delito a otra persona, debe estar preparado para presentar pruebas de ello, de lo contrario su acusación no prosperará, o peor aún, puede ser contrademandado por injuariador.
O dicho en sentido contrario, nadie está obligado a demostrar su inocencia, sino que quien acusa está obligado a demostrar la culpabilidad del acusado. De ahí el principio de inocencia; se es inocente hasta que se pruebe la contrario
En el discurso, la carga de la prueba se aplica de manera similar. Cuando haces una afirmación, estás obligado a respaldarla con fuentes creíbles; no es trabajo de tu oponente demostrar que estás equivocado.
USOS DE LA FALACIA DE LA IGNORANCIA
Defender una postura o acción
“Nunca me he caído de la bicicleta, por tanto no hay razón para llevar casco”
Remarcar la inexistencia de pruebas.
Nunca lo han condenado por un delito, por tanto es inocente.
Extrapolar una vivencia personal a una norma general
Nunca he tenido problemas de racismo, aquello de que nuestro país es racista es mentira.
Sembrar dudas en el interlocutor o audiencia
“María es una excelente tesorera, pero no podemos descartar ninguna razón por la cual ese dinero no aparezca”.
CÓMO REBATIR LA FALACIA AD IGNORANTIAM
Cuando te lanzan una falacia ad ignorantiam es importante no comenzar a discutir sobre el argumento en cuestión.
Simplemente señala la existencia de la falacia ad ignorantiam; pon a descubierto la falta de evidencia o pruebas.
Al tiempo pon de manifiesto la obligación de quien afirma algo de probar de manera efectiva el por qué de su afirmación.
IDEAS FINALES
La falacia de apelación a la ignorancia es particularmente peligrosa porque puede llegar a persuadir a las personas de las ideas más excéntricas o lanzar las acusaciones más insospechadas, solo porque nadie puede probar lo contrario. De ahí la importancia de rebatirla de inmediato.
Este artículo ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
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