La importancia de ser estratégico cuando comunicas en público
Contar con una buena estrategia es fundamental para alcanzar el éxito en cualquier emprendimiento. Y, desde luego, también lo es para lograr buenos resultados en una presentación en público.
De hecho, en mis sesiones de coaching de comunicación y en mis formaciones de oratoria, el tema de la estrategia ocupa un lugar muy importante. Quizá bastante más central que el que le pueden dar otros formadores. Básicamente por dos motivos.
Primero, por lo ya dicho. Definir una estrategia es indispensable para una comunicación eficaz. Encarar una comunicación en público sin tener una estrategia clara, es como ir de expedición sin tener claro a dónde quieres llegar y sin una brújula. Sencillamente no es posible.
Pensar en tu estrategia te aporta claridad, dirección e intención. Claridad porque de entrada defines de qué trata tu comunicación ( y de qué no). Dirección porque defines qué quieres obtener de la misma y eso ayuda enormemente a definir qué debes decir para llegar allí. Y finalmente intención porque defines qué actitud debes comunicar para lograrlo.
Segundo, porque la mayoría de los profesionales no dedica tiempo suficiente a pensar estratégicamente sobre sus comunicaciones, y si lo hacen, suele ser de manera superficial, sin un método apropiado. El resultado: comunicaciones dispersas, sin foco, ni intención, que rara vez generan los resultados esperados.
¿Te suena familiar? Es muy probable que hayas sido testigo de muchas comunicaciones del estilo. Incluso puede que tú mismo las hayas dado.
La buena noticia es que eso puede cambiar a partir de ahora.
Lo que viene a continuación transformará tu manera de pensar sobre la comunicación en público y cómo prepararte para tener verdadero éxito.
UNA COMUNICACIÓN EN PÚBLICO: UNA VENTANA DE OPORTUNIDAD
A mí me gusta pensar en una presentación en público como una ventana de oportunidad.
Piensa en esto: cuando das una presentación, tienes delante a personas que, en medio de sus agendas saturadas, ha hecho un espacio para escucharte. Y durante ese tiempo, te prestan algo muy valioso hoy en día: su atención plena y exclusiva. Es una oportunidad que vale oro.
Ahora bien, esa ventana de oportunidad solo tiene valor si sabes para qué la quieres abrir, qué deseas y puedes obtener de ella, de manera realista.
Y eso solo lo defines a través de un trabajo previo de pensamiento estratégico.
Ese trabajo consiste en plantearte una serie de preguntas clave, entre ellas:
- ¿Cuál es el contexto de esta oportunidad?
- ¿Cuál es tu objetivo?
- ¿Cuál es tu mensaje principal?
Las respuestas a estas preguntas te darán el fundamento estratégico para tomar decisiones, fijar objetivos y ajustar tu mensaje de forma efectiva.
¿Cuando hacer estas preguntas? El momento es, como seguramente intuyes, cuando empiezas el proceso de preparación de tu presentación en público.
DEFINIR LA ESTRATEGIA: EL PRIMER PASO DE LA PREPARACIÓN
El análisis y la definición estratégica deben ser siempre el primer paso en la preparación de una presentación.
Antes de escribir una sola línea de tu contenido o de abrir el PowerPoint, detente y pregúntate: ¿qué quiero y puedo lograr realmente con esta intervención?
Puede sonar obvio, pero en la práctica es mucho más difícil de aplicar, porque como bien señala el gurú en estrategia Richard Rumelt, “la parte más difícil de la estrategia es aplicar una intención mayor en acciones que pueden tomarse de inmediato.”
Y es muy cierto. Resulta tentador iniciar tu trabajo de preparación diseñando la diapositiva de portada o recopilando contenidos de inmediato. El esfuerzo requerido es bajo y genera una sensación reconfortante de estar avanzando.
Pero en realidad, sin una estrategia clara, lo único que hacemos es gastar tiempo y energía de forma ineficiente.
¿Cómo hago yo para evitar esa tentación? Mi regla personal para no saltar la reflexión estratégica es sencilla: siempre dedico el primer quinto del tiempo total de preparación a definir la estrategia.
De esa manera, sé que empiezo por donde debo empezar y que todo lo demás —contenido, diseño y delivery— se sostiene sobre decisiones claras y bien pensadas.
IDEAS FINALES
Uno de los hábitos más importantes que puedes desarrollar para convertirte en un comunicador efectivo es crear un espacio para pensar estratégicamente sobre la oportunidad que tienes delante y cómo sacarle el mayor provecho posible.
Y en este espacio aplicar un método contrastado que te ayude a fijar un rumbo estratégico claro.
Créeme, integrar este hábito en tu proceso de preparación de tus charlas transformará tu comunicación.
¿Quieres descubrir un método con fórmulas probadas para planificar tu comunicación y presentaciones y tener una estrategia clara? Ponte en contacto conmigo.
Este artículo ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
Si quieres conocer más técnicas y trucos de comunicación descubre el programa gratuito de las 24 Claves para Comunicar en Público.
Otros posts que pueden interesarte
Cómo activar la atención del público: los disparadores de atención inmediata (DAIs)
- noviembre 13, 2025
- por JuanCarlos
- en Consejos Hablar en Público
Triunfar en presentaciones online: 11 puntos que marcan la diferencia



