Cuando comunicas en público, sé tú mismo
“Me gustaría presentar como Steve Jobs”; “me encanta como habla Jürgen Klaric”; “admiro la elocuencia de mi jefa”. Son frases que escucho a menudo de mis clientes. A continuación contesto:
“Está muy bien que te inspires en grandes oradores, pero ojo con lo siguiente: no los copies.”
¿Por qué afirmo tal cosa?
Mi experiencia como formador en habilidades de comunicación me ha enseñado que intentar copiar la manera en que comunican otras personas no suele dar buenos resultados. ❌
¿Por qué? Porque el estilo de un comunicador es una manifestación de su talante, personalidad y carácter. Es algo personalísimo. O al menos debería serlo.
No obstante, no se me escapa que copiar ciertos estilos está a la orden del día.
Seguro que tú también has visto numerosos creadores de contenido cortados con el patrón “televisivo”.
En las redes sociales hay un ejército de malos clones de presentadores/presentadoras de televisión, grabando mensajes que no convencen a nadie.
De hecho esto es a lo que enseñan en no pocas escuelas de oratoria. Todos estos “speakers” se parecen, hasta en la inflexión de voz.
¿Son eficaces? Algunos. ¿Se ven auténticos? Muy pocos. ¿Conectan? No conmigo.
Lo reitero: cuando comunicas en público, los mejores resultados los obtienes cuando eres tú mismo.
Cuando optas por esta filosofía obtienes tres beneficios.
📌Cuando eres tú mismo, disfrutas más el acto de presentar. No tienes que pretender ser alguien más o impostar el estilo de alguien más. No hay nada como sentirse bien haciendo algo.
📌Cuando eres tú mismo, te expresas de manera natural. Eso se nota y la audiencia conecta más contigo, porque confía más en ti. Es algo instintivo.
📌Cuando eres tú mismo, te diferencias. Porque nadie puede ser mejor que tú, en ser tú mismo. Ser diferente juega a tu favor.
“JC, ¿eso quiere decir que no hace falta que trabaje mi técnica de oratoria, modulación de la voz, lenguaje corporal, etc.?”
¡Por supuesto que tienes que trabajarlos! ¿Sabes por qué?
Porque, precisamente, lo que nos cuesta muelas cuando hablamos en público es ¡ser nosotros mismos!
Nos ponemos nerviosos, nos faltan las palabras, nos movemos como delirantes.
Luego nos vemos en video y decimos: “pero !qué horror, si esa no soy yo!” 😱
El objetivo de tu práctica debe ser comunicar con la soltura y seguridad con que lo haces en privado. ¿Para qué? Para poder ser más auténticamente tú, no para parecerte a otro.
Tu meta es poder llegar a ser tu mejor versión de orador u oradora; no un mejor actor que representa a otra persona.
Como bien dijo Oscar Wilde, el escritor inglés, “Sé tú mismo; el resto de papeles ya están tomados”.
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