La importancia de conocer al otro para poder acompañarlo en el viaje de la persuasión

“Las personas no vemos el mundo como es, sino que vemos el mundo como somos.” 

Es una magnífica frase de la escritora Anaïs Nin, que encierra gran sabiduría y es de gran utilidad en muchos aspectos, también en lo que respecta a la comunicación y en particular a la persuasión.

De hecho en mis talleres de comunicación persuasiva suelo recomendar a los asistentes que graben a fuego esta frase en sus neuronas cerebrales y cardíacas, al menos si desean ser más persuasivos.  🔥🔥

Y es que cada ser humano es distinto. Ocupamos un lugar único en el mundo y vemos las cosas desde nuestra propia mentalidad y perspectiva, que es distinta de la de los demás. Es un hecho. Un hecho que siempre conviene recordar cuando buscamos comunicar para persuadir, tanto si se trata de una conversación privada como en una comunicación en público.

¿ Por qué?

Piensa que persuadir implica influir en que alguien incorpore una nueva idea o cambie su forma de ver las cosas.

¿Cómo lo logras?

💡 A mí me gusta utilizar la siguiente analogía:  El proceso de persuasión es como un viaje en el que acompañas y guías a una persona para que se mueva de un lugar mental y emocional hacia otro distinto. 🚶🚶‍♀️

Estimulas ese movimiento desde una posición en la que ese ser humano ve y siente las cosas de una manera 📍, hasta una posición distinta en la que verá y sentirá las cosas de otra forma📍.

Y para que eso ocurra, es importante entender el lugar de partida mental y emocional de esa persona o grupo de personas. 

Porque su perspectiva será distinta de la tuya.

Desde tu individualidad te toca el ejercicio de ponerte en los zapatos del otro, con la finalidad de acompañarla en ese movimiento intelectual y emocional desde su perspectiva actual, hacia la que tu quieres.

Y para eso te tocará investigar un poco. Indagar en los elementos que conforman la perspectiva actual de esa persona sobre el tema o asunto a tratar. 

¿Cuáles son los orígenes de esa persona? ¿Qué piensa y siente sobre el tema del que queremos hablar? ¿Cuáles son sus problemas, intereses, aspiraciones, temores, etc?

Solo después de realizado este ejercicio estarás en una posición correcta para diseñar tu comunicación verbal y no verbal: cómo plantear tu mensaje, qué tipo de lenguaje utilizar, los ejemplos que pones, la manera en que te expresas, tu vestimenta, etc.

Ya lo sabes: “Las personas no vemos el mundo como es, sino que vemos el mundo como somos.”