Qué es la falacia ad hominem y cómo utilizarla retóricamente
El post de hoy puede que sea polémico. ¿Por qué? Porque lo dedico a uno de los recursos retóricos que peor prensa tiene. El “tirarle tierra a los ojos del rival” de la comunicación. El convertir las discusiones sobre un tema, en cuestiones personales.
¿A qué me refiero? A los falacias ad hominem, una salida usual en debates y discusiones. Un recurso que quizá no parezca muy elegante, pero sí que puede ser muy eficaz.
Tan eficaz pueden ser estos ataques personales, que los encuentras en las noticias, en comentarios en redes sociales y, por supuesto en la política, donde son el pan de cada día .También, ocasionalmente en las conversaciones cotidianas, cuando las cosas se ponen calientes.
Como fuere, si quieres comunicar como un pro en contextos de conversaciones, discusiones y debates, debes entender en qué consiste esta falacia y, más importante, cómo utilizarla tu a favor, o desactivarla cuando la utilizan en contra tuyo o de tu causa.
¿Suena interesante? Bien, vamos ahí.
DIFERENCIA ENTRE ARGUMENTO AD HOMINEM Y FALACIA AD HOMINEM
Lo primero que debemos saber, para evitar confusiones, es diferenciar el concepto de argumento ad hominem, del concepto de falacia ad hominem, porque no son lo mismo.
Los argumentos “ad hominem”, son argumentos en los que, en lugar de discutir la lógica o fundamento del argumento que presenta alguien, atacas a la persona que lo sostiene.
A menudo se enseña que los argumentos ad hominem son todos falacias ad hominem, una forma errónea de argumentación. Aunque no es necesariamente así.
Varios especialistas han señalado que cuestionar a la persona, en lugar de a su argumento, es una falacia sólo en la medida en que el cuestionamiento no sea lógicamente relevante para el debate.
Porque en ocasiones un ataque ad hominem, sí que es relevante al fondo del asunto tratado. Como, por ejemplo, cuando llamas la atención sobre la falta de experiencia de un argumentador en el tema sobre el que está discutiendo, o cuando señalas un conflicto de intereses que le impide ser un participante imparcial en la discusión. En estos casos no existe una falacia.
Sin embargo, lo cierto es que la gran mayoría de ataques ad hominem, sí que son falacias ad hominem en toda regla, mismas que te explico a continuación.
QUÉ ES LA FALACIA AD HOMINEM
La falacia ad hominem ocurre cuando, en lugar de abordar el argumento que sostiene la afirmación que hace alguien, atacamos a esta persona, o algún aspecto o circunstancia de la misma, con el objetivo de desacreditarla, aunque ello no tenga nada que ver con el fondo del argumento que plantea.
La palabra clave aquí es “desacreditar”. Literalmente, lo que busca el ataque ad hominem es restar credibilidad a la otra parte. Llevamos una discusión que en principio era sobre un tema, a una discusión sobre la credibilidad de la persona. De ahí su nombre en latín (contra la persona).
En términos de lógica formal la falacia ad hominem es un tipo de razonamiento defectuoso. ¿Por qué? Porque no refuta lógicamente los méritos del argumento en sí, sino que ataca de una manera personal al mensajero.
Y aunque en principio no parece ser una jugada ni elegante, ni correcta, porque no da una respuesta al desafío temático que se plantea, todo depende del contexto. Y, de hecho, a veces es una buena alternativa al servicio de los objetivos de comunicación, con potentes efectos, como veremos a continuación.
UTILIDAD DEL ATAQUE AD HOMINEM
¿Cuándo utilizar un ataque ad hominem?
a)Cuando cuestionamos la credibilidad de la fuente, por ser un tema relevante al debate.
b)Porque lo que nos interesa en realidad es atacar al adversario, más allá del tema en debate.
c) Porque no contamos con los medios para refutar el argumento, o porque queremos evitar hablar del tema, en cuyo caso es una estrategia distractiva.
El uso del ataque ad hominem, provoca que:
- la atención de la audiencia se desvié del tema, hacia la persona a la que se cuestiona.
- se genere una pérdida de crédito de la persona atacada, o como mínimo se siembra la semilla de la desconfianza en la audiencia.
- pone al adversario a la defensiva, haciendo que olvide el tema.
- Muestra una actitud decidida delante de la audiencia.
Eso sí, siempre has de tener en cuenta que puede ser un arma de doble filo, ya que puede generar los siguientes efectos:
- un ataque personal puede dinamitar la posibilidad de una discusión constructiva.
- la otra parte se siente atacada y eso tiene repercusiones potenciales, como el contraataque personal.
- El público puede pensar que no respondes a lo que te pregunta porque quieres eludir el tema o no eres capaz de desmontar el argumento y acabas perdiendo credibilidad.
- Muestra una actitud agresiva delante de la audiencia.
EJEMPLOS DE FALACIAS AD HOMINEM
Una serie de ataques ad hominem se produjeron años atrás en el marco del debate sobre la crisis climática. Todos sabemos que es un tema sensible en el que cada parte se acusa mutuamente de falta de sinceridad; de servir meramente a intereses específicos.
Sin embargo, hubo un episodio específico en el que se produjeron ataques contra Greta Thunberg, activista sueca adolescente, quien en su día adquirió gran notoriedad, descalificándola como “autista”.
Un otro caso muy actual del uso ad homimen es la estrategia retórica de Donald Trump, de poner sobrenombres burlescos a sus rivales políticos: “la corrupta Hillary” para Hillary Clinton, “el loco Bernie” para Bernie Sanders, ambos demócratas, o “Ted el mentiroso” para el republicano Ted Cruz, entre muchos otros más.
Esta herramienta aunada a la repetición mediática, fue de utilidad a Trump pasras desacreditar a sus rivales de antemano, independientemente de los temas o argumentos que tratasen.
CÓMO CONTESTAR A UN ARGUMENTO AD HOMINEM
Si te encuentras en una situación en la que identificas que te lanzan un ataque ad hominem, sigue las siguientes pautas generales:
- Identifica la falacia y explicar por qué es falaz.
- Centra nuevamente la discusión en el punto o pregunta principal.
- Evita entrar a una espiral de ataques personales o insultos.
- Haz preguntas o invita a aclaraciones.
- Busca un terreno común o áreas de acuerdo, si el objetivo es llegar a consensos.
IDEAS FINALES
Es importante saber reconocer los ataques ad homimem y su mecánica, no sólo porque vayas a utilizarlos, sino también para contrarrestarlos si se aplican sobre ti.
Como ya dije, encender el ventilador en contra del adversario es una apuesta riesgosa, porque los efectos pueden jugar en contra tuyo.
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Este post forma parte de una serie de artículos sobre las falacias lógicas. Para descubrir otras falacias apasionantes, pincha en el anterior enlace.
Este artículo ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
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