La repetición retórica: anáfora, epífora, epizeuxis y anadiplosis
Este post es parte de una serie de artículos dedicados a tratar las figuras retóricas y su uso en la oratoria. Para conocer más figuras pincha en el anterior enlace.
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¿Sabías que la repetición es una de las estrategias retóricas más importantes a la hora de hablar en público?
Es algo que sorprende a muchas personas.
Y es que a menudo descartamos utilizar la repetición en la comunicación oral debido a los estereotipos negativos que tenemos sobre ser repetitivos, sobre todo por cómo se nos enseña que debe ser un estilo correcto de escritura.
Lo cual es claramente un error, porque una cosa es la comunicación escrita y otra es la oral.
De hecho, muchos de los discursos y presentaciones en público más relevantes de la historia, desde la antigüedad hasta la actualidad, incluyen recursos retóricos de repetición.
Y es que cuando se hace correctamente, la repetición trae muchos beneficios. Te permite añadir ritmo a la comunicación. Te permite enfatizar tus puntos importantes y, muy importante, te permite centrar la atención en las ideas que deseas resaltar. ¿Lo ves?
A continuación te voy a presentar cuatro figuras retóricas de repetición. Suelo emplearlas a menudo en mis comunicaciones en público y también recomiendo a mis clientes tomarlas en cuenta cuando comunican ante una audiencia: la anáfora, la epístrofe, la epizeuxis y la anadiplosis.
Vamos a ello.
UTILIDAD DE LAS FIGURAS RETÓRICAS DE REPETICIÓN
Las figuras retóricas de repetición se utilizan para centrar la atención de la audiencia en cierta palabra o idea. ¿De qué manera? De la forma más sencilla y evidente: a través de la repetición.
Desde un punto de vista estilístico añaden ritmo al discurso y no menos importante, añaden memorabilidad debido, precisamente, a la repetición.
Son recursos que imbuyen al discurso dramatismo y expresividad ya que comunican un estado emocional de fijación por parte del orador, al repetir exactamente la palabra o secuencia de palabras una y otra vez.
De esta manera muestran el compromiso y apasionamiento del orador por lo que comunica.
Los antiguos griegos ya reconocían la importancia de la repetición como estrategia retórica. En su día catalogaron las siguientes figuras retóricas -de ahí sus nombres en griego- con distinciones muy específicas, según el lugar de la repetición: anáfora, epífora, epizeuxis y anadiplosis.
¿QUÉ ES LA ANÁFORA?
Consiste en repetir una palabra o conjunto de palabras al inicio o muy cerca del inicio de oraciones, frases o períodos sucesivos.
Ejemplos:
“..lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, ¡nunca nos rendiremos!”
Winston Churchill. Discurso “Lucharemos en las playas” 1940.
“Lo solucionamos en computadoras hace 20 años. Lo solucionamos con una pantalla de mapa de bits que podía mostrar todo lo que queramos. Instale cualquier interfaz de usuario. Y un dispositivo señalador. Lo solucionamos con el ratón. ¿Se ve? Solucionamos este problema”.
Steve Jobs. Presentación del iPhone. MacWorld 2007 Keynote.
Como puedes ver en el caso anterior de la presentación del iPhone de Steve Jobs, la anáfora tiene una gran potencia cuando estás enumerando una serie de pruebas que confirman una afirmación o postulado.
Un otro famoso discurso en el que puedes ver el uso de la anáfora con maestría es el discurso de Martin Luther King Jr. “I have a dream”.
¿QUÉ ES LA EPÍFORA?
A veces también llamada epístrofe, consiste en la repetición de una palabra o secuencia de palabras, ya no al principio, sino al final de una oración, cláusula o frases consecutivas.
Ejemplos:
“El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no debe desaparecer de la tierra”
Abraham Lincoln, Discurso de Gettysburg 1863.
“El momento de sanar las heridas ha llegado. El momento de cruzar los abismos que nos separan ha llegado. El momento de construir ha llegado“.
Nelson Mandela, Discurso de toma de posesión presidencial, 1994.
La diferencia entre la anáfora y la epístrofe es la ubicación de la frase repetida, al principio vs. al final. En términos de efectos, son muy similares.
¿QUÉ ES LA EPIZEUXIS?
Consiste en la repetición de una palabra o frase, en una sucesión rápida e ininterrumpida.
Ejemplos:
Nunca cedas, nunca, nunca, nunca, nunca, en nada grande o pequeño, grande o insignificante, nunca cedas excepto por convicciones de honor y sentido común. Nunca sucumbas ante la fuerza; nunca te rindas ante el poder aparentemente abrumador del enemigo”.
Winston Churchill, Discurso “Lucharemos en las playas”, 1940.
“¡¿No es extraordinario que el Primer Ministro de nuestro país ni siquiera pueda instar a su Partido a apoyar su propia posición?! Sí. ¡Débil! ¡Débil! ¡Débil!”
Tony Blair, intercambio en la Cámara de los Comunes con el Primer Ministro John Major, 1987. (Ver video)
En mi opinión la epizeuxis es la figura retórica por excelencia para mostrar apasionamiento y compromiso emocional con lo que dices. También puede ser muy útil utilizar para mostrar una fuerte oposición a una persona o idea, como se ve claramente en el ejemplo anterior de Tony Blair.
Precisamente por su potencia emotiva debes ser cuidadoso con uso y emplearla de manera puntual.
¿QUÉ ES LA ANADIPLOSIS?
Consiste en la repetición de las mismas palabras al final de una oración, frase o período, y al comienzo o cerca del comienzo de las siguientes.
Ejemplos:
“Sin una economía sana, no podemos tener una sociedad sana. Y sin una sociedad sana, la economía no se mantendrá sana por mucho tiempo”.
Margaret Thatcher, Discurso conferebcia partido conservador, 1980.
“Una vez que cambias tu filosofía, cambias tu forma de pensar. Una vez que cambias tu forma de pensar , cambias tu actitud. Una vez que cambias tu actitud, cambia tu manera de actuar y luego pasas a la acción”.
Malcolm X, The Ballot or the bullet, 1964.
La anadiplosis es una de mis figuras retóricas favoritas, porque permite desarrollar una idea, introduciendo ritmo en el discurso, sin que resulte agotador. Además genera una sensación de contundencia en el razonamiento muy potente.
Cuando se tiene en una secuencia larga, como el caso de Malcolm X, produce una sensación de razonamiento completo.
CONCLUSIÓN
Seguramente el uso de estas figuras retóricas no te era desconocido. Ahora ya las conoces con nombre y apellido. Y lo más importante ya tienes una idea de para qué sirven y cómo puedes utilizarlas.
A la hora de utilizarlas no olvides acentuar con la voz las repeticiones y de ser necesario también acompañar con lenguaje corporal para marcar el énfasis adecuadamente.
Y ya para concluir, una respuesta a una pregunta que me han hecho ya varias veces sobre el uso de estos recursos: ¿Cuántas veces se deben repetir las palabras?
No existe una regla cerrada la respecto. No obstante, como ya expliqué en su día en el post sobre qué es un tricolon, las series de tres funcionan muy bien cuando hablas en público.
Este artículo ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
Si quieres conocer más técnicas y trucos de comunicación descubre el programa gratuito de las 24 Claves para Comunicar en Público.
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