No le dije no al Real Madrid, le dije sí a Francia
- Por JuanCarlos
- En Análisis de discursos, Retórica
“No le dije que “no” al Real Madrid, le dije que “sí” a Francia”.
Con estas palabras Kylian Mbappé, futbolista estrella del Paris Saint Germain, resumía días atrás, en una única y contundente frase, el porqué de su rechazo a fichar por el Real Madrid y su decisión de permanecer en el equipo del emir de Qatar.
Tal negativa sentó muy mal al madridismo, considerándose una traición en toda regla.
¿Mbappé, fútbol, patriotismo? ¿Qué tiene esto que ver con la comunicación? Pues mucho, si lo vemos desde la perspectiva adecuada.
Me explico. Cuando escuché esa frase, de gran belleza y carga retórica, quedó resonando en mi cabeza. No sólo por su tremendo poder comunicativo y estupenda construcción, sino porque además me resultaba familiar. ¿A qué me recordaba? Vamos ahí.
En la obra de teatro “Julio César”, escrita por William Shakespeare en 1599, el personaje Bruto, después de traicionar a Julio Cesar y participar en su asesinato, se dirige al pueblo romano para ofrecer sus razones, con las siguientes palabras:
“Tened calma hasta el fin. ¡Romanos, compatriotas y amigos! Oídme defender mi causa y guardad silencio para que podáis oírme. Creedme por mi honor y respetad mi honra, a fin de que me creáis. Juzgadme con vuestra rectitud y avivad vuestros sentidos para poder juzgar mejor. Si hubiese alguno en esta asamblea que profesase entrañable amistad a César, a él le digo que mi afecto por César no era menos que el suyo. Y si entonces ese amigo preguntase por qué Bruto se alzó contra César, ésta es mi contestación: “No porque amaba a César menos, sino porque amaba más a Roma.”
Para mí está clarísimo de dónde es que sacó Mbappé (o más probablemente sus asesores en comunicación) la inspiración para su frase.
“No le dije que “no” al Real Madrid, le dije que “sí” a Francia”.
“No porque amaba a César menos, sino porque amaba más a Roma”.
¿Lo ves? La estructura es idéntica. Ambas frases echan manos de figuras retóricas: contrastes (antitesis) y repeticiones (anáfora).
La “inspiración” en piezas históricas es una venerable tradición en la construcción de discursos e ideas fuerza y como puedes ver, funciona muy bien. Eso sí, siempre y cuando la copia no sea burda y la frase de origen no sea archi-conocida.
Pero lo más interesante del caso es que no solo en la estructura retórica encontramos similitudes, sino en las propias situaciones y la motivación de quienes pronuncian las frases.
En el caso de Bruto, lo que hace es reencuadrar (framing) el acto de traición como un acto de patriotismo. Mbappé, lo mismo.
Justifican sus acciones, en principio, reprochables, apelando a valores superiores, en este caso el amor a la patria. Y resumen todo su argumentario en una sola frase, bella, memorable y contundente. Como dirían en USA, todo un “soundbite”.
Por supuesto, la retórica tiene el alcance que tiene; solo es posible convencer a quienes están dispuestos a ser convencidos.
Para la historia quedará siempre la sospecha de si tanto Bruto como Mbappé, ambos, movieron sus fichas guiados más por la ambición personal y codicia que por motivos nobles.
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