Cómo preparar un discurso memorable para un funeral
¿Te encuentras en la situación de tener que preparar un discurso para un funeral y no sabes por dónde empezar?
Si has llegado hasta este artículo es porque muy probablemente debas dar un discurso en el funeral, velatorio o sepelio de alguien importante en tu vida y no sabes muy bien cómo encararlo.
No te preocupes. Has llegado al lugar correcto.
Soy JC Durán, experto y coach en oratoria y a continuación te voy a dar una serie de consejos útiles y sencillos para que puedas dar un discurso funerario a la altura de tu ser querido, rindiéndole el homenaje que se merece y enalteciendo su memoria con tus palabras.
EL DISCURSO FUNERARIO O ELOGIO FÚNEBRE: UN DESAFÍO QUE RECONFORTA
Sin duda, una de las situaciones más duras en las que una persona tiene que hablar en público es en el funeral de alguien cercano.
Es una circunstancia de gran estrés y profundo dolor por la partida de esa persona amada.
Muchas veces toca ocuparte de las vicisitudes prácticas que conlleva toda muerte y apenas encuentras el tiempo para preparar un discurso. Además, durante los rituales funerarios las emociones están a flor de piel y eso dificulta mantener la compostura mientras tomas la palabra.
A todo ello hay que añadir las expectativas auto-impuestas. Seguramente querrás dar lo mejor de ti mismo y ofrecer un discurso que rinda un justo homenaje a ese ser querido que acaba de fallecer.
Sin duda, decir palabras en un funeral es un desafío.
Por otra parte, la recompensa de hacerlo correctamente es grande.
Porque es una oportunidad única para expresar tu aprecio y admiración por esa persona rindiéndole un homenaje público.
Y muy importante, porque con tus palabras haces más reconfortante y único el ritual funerario, lo que ayuda a los deudos a sobrellevar ese momento tan duro.
Y lo digo por experiencia propia. En mi caso, di un discurso durante el sepelio de mi padre. Falleció con 74 años, después de una larga enfermedad. Sentí que, con mis palabras, hice justicia a su figura. Familia y allegados diversos me dijeron que había sido un discurso memorable y que lo había retratado acertadamente.
Y a pesar de que recuerdo aquél día con tristeza, a la vez me acompaña un sentimiento de paz y deber cumplido que permanece conmigo a lo largo de los años. Pienso que haber dado un buen discurso en su funeral es parte importante de ello.
Y quisiera que tú también atesores una experiencia parecida. Y, -créeme-, no hace falta que seas un especialista en oratoria para dar un buen discurso en un funeral.
Sólo tienes que seguir las indicaciones que vienen a continuación.
¿QUÉ SE ESPERA QUE DIGAS EN UN DISCURSO FÚNEBRE?
Tengo una buena noticia para ti: si tienes que dar un discurso en un velatorio o funeral, no necesitas inventar la pólvora.
Porque se trata de un tipo de discurso que tiene ya unos parámetros muy establecidos. Cuando alguien toma la palabra en un funeral, los asistentes esperan cierto tipo de palabras y en un determinado tono.
Todo lo que tienes que hacer es entender cuáles son estos parámetros.
Desde un punto de vista de la oratoria el discurso fúnebre también se denomina “homenaje póstumo o panegírico”, lo cual nos da ya una pauta importante de sus alcances.
Es un tipo de discurso en el que se busca rendir homenaje, honor o alabanza a una persona.
Esa es la característica de un discurso fúnebre: resaltar las cualidades y hechos relevantes del difunto.
Está claro que los seres humanos no somos perfectos.Tenemos nuestras luces y sombras, nuestros fallos y aciertos, nuestras victorias y derrotas. Y seguramente el fallecido o fallecida, también.
Pero ojo, el discurso funerario no es el lugar para criticar al difunto, ni para desahogarnos si tuvimos una relación complicada o diferencias con él, ni es el momento para ventilar los trapos sucios.
Lo que buscamos con un discurso fúnebre es todo lo contrario. Queremos resaltar los aspectos más positivos de su personalidad, sus virtudes, cualidades, aporte, trabajo, contribución y logros.
Eso por una parte.
Por otra parte, y aunque quizá para algunos suene obvio, también hay que tener muy claro que se trata de un discurso sobre el difunto. El fallecido es el protagonista del discurso.
Tú, como orador, solo eres el portavoz. Estás en segundo plano. Puede que en algún momento hagas referencia a tu relación con el fallecido y recuerdes alguna experiencia compartida. De acuerdo, se espera que así sea. Pero asegúrate de que sea algo puntual.
Evita que el discurso trate en exclusiva de la relación de ambos, o peor aún, ponerte a ti mismo en el centro. Si eso ocurre quedarás como un narcisista.
Bien ahora, que ha quedado clara la tónica general del discurso fúnebre, veamos la secuencia de pasos que te conviene seguir cuando preparas un discurso de este tipo.
CUATRO PASOS PARA PREPARAR TUS PALABRAS EN UN FUNERAL
A. Empieza a preparar el discurso cuanto antes mejor
De ser posible prepara el discurso con antelación. Esto es factible en los casos en que el fallecimiento de la persona es algo previsible en el corto plazo.
Sin embargo, no se me escapa que es algo difícil de hacer. Psicológicamente puede resultar muy duro. A nadie le gusta pensar por adelantado en la muerte de su ser querido.
No obstante, si te vez capaz de hacerlo, lo mejor es estar preparado con tiempo. Esto te va a permitir ir recogiendo ideas principales, anécdotas, etc. para luego ir puliéndolas con los días.
Ahora bien, a veces las personas mueren de manera abrupta e inesperada y apenas hay tiempo de ocuparse de todos los quehaceres que surgen en este tipo de situación.
Si es el caso, y tienes responsabilidades, busca delegar algunas de las tareas y dedica unas horas a preparar el discurso. Será un tiempo que vale la pena liberar.
En todo caso, trata de llevar adelante el proceso de preparación en dos o tres días separados (si es posible) para poder ser más objetivo en tus revisiones.
B. Elige los contenidos del discurso.
Recuerda que vas a rendir un homenaje con tus palabras. ¿Cómo lo haces?
Puedes incluir los siguientes contenidos en tu discurso.
Cualidades y valores
Puedes hablar de las cualidades y virtudes de esa persona, lo que la caracterizaba de manera positiva. Si era una persona trabajadora, cariñosa, divertida, abnegada, inteligente, etc.
También puedes hacer referencia a las convicciones morales y valores de esa persona, si era el caso: si era una persona justa, honesta, leal, humilde, etc.
Anécdotas
Puedes contar historias del fallecido que ejemplifiquen sus cualidades. Puedes incluir alguna en la que tú formes parte, pero siempre recordando que el protagonista del discurso es el fallecido.
Logros
También puedes hacer referencia a logros de esa persona. Pueden ser obras, trabajos, reconocimientos profesionales, sociales, premios, etc. O simplemente referir a logros que esa persona reconocía como tal, como por ejemplo haber criado y hacer estudiar a unos hijos, en el caso de una madre soltera.
Canciones, versos o refranes.
A veces también queda muy bien recuperar algunos versos de poesías, canciones o frases célebres o propias que el fallecido gustaba decir. Le da un toque personal.
Importancia para los demás
Una parte importante es reconocer de qué manera la existencia de esa persona aportó o contribuyó positivamente en la vida de los demás, incluida la tuya.
Detalles
Siempre conviene buscar ser específico y dar detalles de fechas, nombre de lugares y de personas, para dar mayor vividez al relato.
Cierre
Finalmente este tipo de discurso se termina agradeciendo a esa persona o a Dios por su existencia, deseando un descanso eterno y manifestando que será recordado y extrañado por quienes le sobreviven.
Un punto importante: la duración. Un discurso funerario debería durar entre 5 y 10 minutos como máximo. Con lo cual debes elegir las cualidades, valores e historias, de manera tal que sean coherentes y puedan expresarse en esos pocos minutos.
Para calcular bien la duración lo mejor es escribir con puntos y comas el discurso, ensayarlo y cronometrarte.
C. Ensaya el discurso
Siempre que tengas que hablar en público es importante que te des el tiempo para ensayar tu presentación o discurso. Cuando me refiero a ensayar me refiero a que digas el discurso tal cual piensas darlo con la entonación e intención correspondientes.
En el caso de que lo tengas escrito y pienses leerlo en el funeral, ensaya la lectura tal como la darás.
Esto te ayudará a tres cosas.
Primero, te darás cuenta que algunas cosas que has escrito no suenen tan bien cuando las dices oralmente. Esto te dará la oportunidad de ajustar el discurso para que suene mejor al oído.
Segundo, cuando ensayas te sientes más en control y ganas en confianza en ti mismo, lo que te ayuda a tener un mejor desempeño el día D.
Y tercero, otro gran beneficio de ensayar el discurso es que durante los ensayos, sobre todo en los primeros, te vencerán las emociones. Quizá llores y se te quiebre la voz. Pero después de unas cuantas prácticas te sentirás más tranquilo, lo cual te ayudará a mantener la compostura el momento de la verdad.
4. Da el discurso
Memorizar el discurso es siempre una opción. No obstante, en este tipo de discurso es muy usual utilizar un documento de apoyo. Así evitas muletillas y dubitaciones. Con lo cual siéntete en plena libertad de utilizar notas.
Eso sí, al menos la primera y la última frase deberías decirla de memoria y mirando directamente a la audiencia. Eso hará más impactante y personal el discurso.
El día del funeral, asegúrate de llevar una copia en papel del discurso. Puedes tenerlo además en el teléfono, pero podría ocurrir que se descargue la batería, con lo cual siempre es bueno tener a mano también una copia en papel.
Eso sí, léelo con sentimiento y muy importante, no te aceleres. Di cada palabra con aplomo y haciendo las pausas que hagan falta. El haber ensayado previamente te será de ayuda inestimable en este punto.
Mantén la serenidad. Si en algún momento te venciesen las emociones, tampoco pasa nada. Los asistentes entienden que es una situación de vulnerabilidad y emotividad y que estas cosas pueden pasar.
No obstante, siempre es bueno procurar mantener la compostura, para que la atención de la audiencia se centre en el discurso y la figura del difunto, y no en tu persona.
Importante: puede ser una buena idea tener un botellín de agua a mano, por si sientes que necesitas serenarte. Haces una pausa, bebes un sorbo de agua y te tranquilizas. Todo pasa desapercibido.
Y por supuesto, ten a mano algunos pañuelos de papel, por si acaso.
CONSEJOS PARA DAR UN DISCURSO EN UN FUNERAL
Resumiendo, los siguiente consejos te ayudarán a preparar un buen discurso funerario.
- Prepárate con antelación. De ser posible empieza a preparar con antelación el discurso. En todo caso procura on hacerlo todo el mismo día, para tener una visión más reposada de tus palabras.
- Busca contenidos de homenaje. Recuerda que la idea alabar y resaltar las cualidades de quien ha fallecido. Puedes hablar de virtudes, logros, anécdotas, etc.
- Controla tu tiempo. De 5 a 10 minutos es un tiempo razonable para tu discurso. NO te extiendas más allá de eso.
- Ten notas a mano. Imprime el discurso en papel en letras grandes y guarda las notas en un lugar en las que no se vayan a perder.
- Practica el discurso. Ensaya el discurso varias veces, hasta que te sientas cómodo.
- Mantén la compostura. A la hora de darlo no te aceleres y mantén la compostura.
CONCLUSIÓN Y REFLEXIÓN FINAL
Este contenido ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
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Comentarios
Muchas gracias Juan Carlos. Me ha servido muchísimo para preparar el discurso para mi hermano, que Dios lo tenga en su gloria.