Qué es una pregunta cargada o tendenciosa y cómo desactivarla
Las preguntas pueden ser herramientas simples para recoger información, pero cuando se formulan estratégicamente también pueden servir potentes efectos retóricos.
Es el caso de las preguntas cargadas, también conocidas como preguntas complejas, preguntas tendenciosas o preguntas capciosas.
Este tipo de pregunta tiene por finalidad insinuar algo con lo que el interrogado probablemente no esté de acuerdo y hacer que los oyentes crean que la suposición es cierta.
Si parte de tu trabajo consiste en participar en discusiones, debates, realizar entrevistas o responder a turnos de preguntas y respuestas en presentaciones, todas ellas situaciones en las que se lanzan preguntas cargadas, te conviene entender muy bien su mecánica y cómo responder ante ellas, para desactivarlas a tiempo y que no te exploten en la cara.
Vamos a ello.
¿QUÉ ES UNA PREGUNTA CARGADA?
Una pregunta cargada es una pregunta formulada de manera tal que implica una presuposición, no verificada o controvertida, que pone al interrogado en una situación poco favorable.
Responder a este tipo de pregunta, sin reformularla, implica para el interrogado estar de acuerdo con el supuesto escondido en la pregunta.
Se la considera una pregunta con trampa, porque está diseñada para insinuar algo con lo que probablemente no estés de acuerdo y hacer que los oyentes crean que la implicación es cierta.
Vamos con un ejemplo famoso para que se entienda mejor:
Otro ejemplo, esta vez de ir por casa. El padre le pregunta al hijo, durante la cena: “¿Ya decidiste dejar de perder el tiempo tocando la guitarra con ese grupo de vagos? (Casualmente en mi adolescencia toqué en una banda de rockandroll). La pregunta del padre pide una respuesta de tipo Sí o No. Si el hijo responde a la pregunta de cualquiera de ambas maneras, confirmaría la premisa del padre de que tocar el instrumento es una pérdida de tiempo, o de que sus compañeros de grupo son unos vagos, cuando en realidad él considera que es una forma de expresar su creatividad junto a un grupo de personas comprometidas con un proyecto.
Y finalmente, puedes ver a continuación una seguidilla de preguntas cargadas, acompañadas de falacias de falso dilema, por parte del candidato a la presidencia Argentina, Sergio Massa, durante el debate público final celebrado en octubre de 2023 con Javier Milei, quien contesta furibundo y que a la postre sería elegido presidente.
LA FALACIA DE LA PREGUNTA COMPLEJA
Las preguntas cargadas se consideran una falacia de argumentación : la falacia plurium interrogationum (“varias preguntas” en latín) o falacia de la pregunta compleja.
Un momento…¿cómo puede considerarse una pregunta una falacia, si la falacia implica una argumentación?
Debido a la afirmación escondida. Se afirma un supuesto sin proporcionar ninguna evidencia fáctica que respalde tal suposición.
Es importante que sepas que las preguntas cargadas no siempre se consideran falaces. Lo son, sólo si hay un problema con la suposición que contienen. Si la suposición que contiene la pregunta es válida, es decir, que todas las personas involucradas en la discusión están de acuerdo con ella, entonces la pregunta no se considera falaz.
TIPOS DE FALACIA DE PREGUNTA COMPLEJA
Tienes 3 versiones
A. Se formula una pregunta con una falsa suposición.
- “¿Los votos que compraste, te alcanzan para lograr la presidencia del club?”“
- “¿Deberíamos expulsar del club al ladrón de José?”
- El caso ya visto de Madeleine Albright.
B. Se formulan dos o más preguntas a la vez y se pide una respuesta única.
- ¿Estás diciendo que apoyas la nueva ley de legalización de la marihuana sólo para molestarme, o eres tan estúpido como para creer que es una buena idea?”
- “¿Puedes reunirte mañana al mediodía o tienes cosas más importantes que hacer que solucionar este problema? Este tipo de preguntas puede además entrañar una falacia de falso dilmea.
C. Se formula una pregunta compleja y se exige una respuesta simple.
- “¿Considera conveniente para España permanecer en la OTAN en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?” Pregunta formulada en Referéndum a los españoles en 1986.
- “¿Debería ser un delito penal en Nueva Zelanda una bofetada, aplicada como parte de la corrección parental?” Referéndum Nueva Zelanda, 2009.
Ya para acabar esta sección, es importante tener claro que, aunque producen efectos retóricos, este tipo de preguntas no son propiamente preguntas retóricas , porque se plantean con el objetivo de obtener una respuesta.
USOS DE LAS PREGUNTAS CARGADAS
Este tipo de preguntas se utilizan por quien interroga para:
- limitar las posibles respuestas sólo a aquellas que sirvan a su agenda.
- lograr que el interrogado admita o confiese algo sin ser consciente de ello.
- sorprender al interrogado para que pierda la compostura y salga de su guión.
- dañar la credibilidad del interrogado ante la audiencia.
- provocar confusión y descolocar al interrogado, poniéndolo a la defensiva.
- desviar el foco de la conversación de los hechos, a la opinión de la persona a la que se le hace la pregunta.
- controlar y dirigir el diálogo.
- acusar de manera indirecta al interrogado, sin asumir plena responsabilidad.
En términos generales se debe tener cuidado con este tipo de preguntas, ya que pueden obstaculizar los esfuerzos de comunicación, poner a la gente a la defensiva, dañar las relaciones con los demás y según el caso, hacerte ver cómo arrogante, manipulador o poco ético.
CÓMO RESPONDER A LAS PREGUNTAS TENDENCIOSAS
Lo primero que hay que decir en este punto es que nunca debes responder directamente a una pregunta cargada, porque concederías la suposición.
Para evitarlo lo primero es, evidentemente, reconocer el hecho de que la pregunta es compleja y tendenciosa: que incluye una presuposición y que no debemos entrar al juego de la respuesta, porque va en contra de nuestros intereses.
En ocasiones es fácil de ver, en otras no, con lo cual siempre escuchar atentamente.
Una vez la has identificado mantén la calma y responde de cualquiera de las siguientes maneras:
- Rechazas la suposición. En este caso sales del juego de la respuesta en términos de sí o no. La respuesta que das desafía la suposición oculta. Por ejemplo: si te dicen ¿Cuándo dejarás de tratar a las mujeres como objetos?, una respuesta adecuada podría ser: “Nunca he tratado a ninguna mujer u hombre como objetos.”
- Señala el razonamiento falaz. Para hacer esto, debes señalar explícitamente el problema con la pregunta, mostrando que contiene una suposición inapropiada. Puedes continuar, respondiendo de manera que refutes la presuposición, como vimos anteriormente, o pidiéndole a la persona que hizo la pregunta que justifique su redacción, con otra pregunta. Por ejemplo, si te preguntan “¿cuándo dejarás de hacer trampa en los exámenes?” puedes responder diciendo “Nunca he hecho trampa en ningún examen, entonces, ¿por qué me acusas de esto?”.
- Reencuadras la pregunta. Si te interesa no parecer a la defensiva o continuar con la conversación, puedes reencuadrar la pregunta en una manera que tenga sentido para ti, pero sin sonar agresivo. Siguiendo el anterior ejemplo, podrías preguntar: “Si lo que quieres saber es si alguna vez he hecho trampa en un examen. La respuesta es un no rotundo. Nunca he hecho una trampa.”
Finalmente, al contrarrestar preguntas capciosas, un concepto útil a tener en cuenta es la navaja de Hanlon, que sugiere que “nunca se debe atribuir a la malicia lo que se explica adecuadamente por la estupidez”.
No toda pregunta tendenciosa puede ser el resultado de una intención manipulativa o actitud hostil, sino simplemente un fallo de pensamiento del interlocutor.
Es importante tener esto en cuenta, porque el tono de tu respuesta debe ser uno u otro según el caso.
IDEAS FINALES
Ser capaz de identificar preguntas cargadas y desactivarlas te permite responder de forma reflexiva y eficaz, para evitar quedar atrapado en suposiciones engañosas que pueden perjudicarte a ti o a tu causa.
Si quieres saber más sobre figuras retóricas y otros consejos para hablar en público, puedes contactar conmigo y conversaremos sobre la mejor opción para ti.Sergio
Este artículo ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
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