Juan Carlos, y tú… ¿enseñas el retorcido arte de la Retórica?
A veces me preguntan: “JC y tú… ¿enseñas retórica?” A lo que con firmeza contesto: ”Sí”.
Entonces mi interlocutor me retruca entre sorprendido y cuestionador: “¿en serio…?”
Y es que para no pocas personas la palabra “retórica” tiene connotaciones negativas. La asocian con oradores verbosos y parlanchines, a políticos de medio pelo y a encantadores de serpientes.
Y no puedo pasar por alto que es cierto que esa es una de las 7 acepciones de retórica que, además tiene un interesante origen histórico que explicaré más adelante. Una de siete.
Pero la Retórica que yo estudio, practico y enseño no es esa.
La Retórica -así con mayúscula- es uno de las disciplinas más antiguas de la humanidad, con una aplicación práctica más allá de los discursos formales, la literatura y el ámbito académico.
Estamos hablando del arte de comunicar eficazmente para influir en los demás. Un conocimiento que ha recobrado gran importancia en los últimos años. Estamos hablando de un saber que marcará un antes y un después en tu desarrollo profesional. Garantizado.
¿He despertado tu interés? Es porque he utilizado un tricolon con anáforas. Un pellizco de retórica clásica.
A continuación te explico en 5 minutos qué es este fabuloso conocimiento, sus orígenes y utilidad presente. Vamos ahí.
QUÉ ES LA RETÓRICA Y SU RELACIÓN CON LA COMUNICACIÓN
La Retórica está directa e indisolublemente relacionada con la comunicación.
Los seres humanos somos criaturas sociales. Convivimos, cooperamos y nos relacionamos con otros homo sapiens, todo el tiempo. Y lo hacemos gracias a la comunicación.
Muchas veces nuestras comunicaciones no tienen mayor razón de ser que la socialización o el intercambio espontáneo de información.
En otras ocasiones comunicamos con intenciones y metas concretas.
Puede que necesitemos informar o explicar algo, o quizá persuadir a alguien de algo, o tal vez animar o motivar a alguna persona.
En estos escenarios de comunicación necesitamos ser eficaces. Sobre todo cuando cosas importantes dependen de que la comunicación sea favorable. Buscamos, por tanto, la mejor manera de comunicar para lograr el resultado deseado.
Y si sabes de Retórica, entonces juegas con ventaja.
Porque la Retórica no es ni más ni menos que el conjunto de conocimientos y técnicas que puedes aplicar para ganar en eficacia cuando haces uso del lenguaje, ya sea escrito u oralmente, para influir en los demás y lograr los objetivos que te propones.
Y es una técnica que se viene desarrollando desde hace más de 2.500 años, como te explico a continuación.
EL ORIGEN DE LA RETÓRICA: GRECIA
Como decía antes, la Retórica es uno de los campos de estudio humano más antiguos que existe. Con más de 25 siglos de existencia, hunde sus raíces en la antigua Grecia, cuna de la civilización occidental.
La etimología de la palabra retórica, nos da pistas sobre este origen. Viene del griego rhetoriké, cuya raíz es rhetor que quiere decir orador; algo así como el saber de los oradores.
No es casualidad que ese conocimiento surgiera de manera paralela a la democracia, sobre todo en la polis de Atenas. Si eras ciudadano más tarde que temprano tenías que hacer de orador.
Porque en aquél entonces se esperaba que quienes tenían el status de ciudadanos participasen activamente en foros públicos. Importantes asuntos se resolvían a través de intervenciones que un individuo ofrecía oralmente delante de sus conciudadanos. Tanto temas civiles, políticos, como judiciales.
Existía por tanto una necesidad de utilizar la palabra con eficacia. Cuanto más hábil eras con la palabra, cuanto mejor orador eras, mayor era tu influencia.
Y muchos empezaron a buscar mejorar su habilidad para comunicar ante un público.
Por aquél entonces un grupo de personas empezaron a organizar el conocimiento sobre la mejor manera de comunicar, para enseñarla de manera remunerada. Eran los maestros de retórica, también conocidos como sofistas, entre los que estaban los famosos Protágoras, Isocrates y Gorgias.
La disputa entre filósofos (buscadores de la verdad), y sofistas (buscadores de la persuasión), dio lugar a que algunos filósofos como Sócrates y Platón descalificarán públicamente a la Retórica, como una técnica que prescindía de la verdad, para centrarse en la apariencia de la verdad, con el objetivo de manipular, generando la mala fama que perdura hasta nuestros días.
En ese mismo contexto surgieron otras actividades o “profesionales” en torno al hablar en público. Era el caso de los llamados logógrafos, quienes prestaban sus servicios escribiendo los discursos jurídicos que otros darían.
Empezaba a generarse así una incipiente industria en torno a la comunicación oral, que permitió el desarrollo acelerado del conocimiento en torno a la efectividad de la comunicación.
Uno de los hitos del desarrollo de este conocimiento fue el primer esfuerzo escrito de recopilación y sistematización de reflexiones y técnicas retóricas, realizado por Aristóteles en su obra titulada, precisamente La Retórica, hacia el siglo IV antes de Cristo.
De esta manera se empezaron a forjar las reglas por las cuales un discurso además de estar bien articulado desde un punto de vista lingüístico, es además un discurso efectivo.
LA RETÓRICA EN EL MEDIOEVO
La Retórica siguió teniendo importancia a lo largo de los siglos, durante el imperio Romano y también más adelante en la Edad Media. De hecho fue parte constitutiva de la estructura de la pedagogía medieval.
La Retórica formaba parte del Trivium. Trivium y Quadrivium son dos vocablos latinos que hacen referencia a las “Siete Artes Liberales” que se estudiaban en la antigüedad y en las primeras universidades europeas durante la Edad Media.
Utilizaban las palabras “arte” del griego “areté” que significa “virtud” y “liberal” porque su finalidad era la de formar “hombres libres”. Dicha libertad se obtenía por medio del conocimiento y el desarrollo de las habilidades intelectuales; en oposición a las “artes serviles” o “artes menores” que eran las que proporcionaban al hombre la pericia para desempeñar oficios y realizar trabajos manuales.
A partir de la invención de la imprenta de caracteres móviles por Guttenberg, se rompe con la tradición anterior en la que la palabra oral y pública era predominante. El conocimiento se puede adquirir de manera individualizada y solitaria a través de la lectura.
El lenguaje escrito empezó a ganar preeminenia y la oralidad a perderla. La Retórica empezó a quedar desplazada, aunque siguió con un núcleo de cultores y estudiosos.
LA RETÓRICA Y HABLAR EN PÚBLICO EN LA ACTUALIDAD
El caso es que la Retórica ha estado siempre presente. Hoy en día se puede ver claramente la influencia de la retórica en diversos ámbitos de la actividad humana como la política, lo judicial, el periodismo, la literatura, el marketing, entre otros.
Pero en esta última década ha ganado muchísima fuerza y se empieza a popularizar. ¿Por qué?
Como resultado de la fuerte irrupción de la tecnología de internet, la comunicación oral y pública ha recobrado importancia.
Hoy en día, cualquier persona con un smartphone puede grabarse y difundir su comunicación sin mayor coste en plataformas sociales.
La comunicación en público ya no es patrimonio de políticos, pastores o grandes líderes. Todo una generación de influencers, youtubers y tiktokers comunican en público de manera periódica.
Cualquiera puede emitir una comunicación que lleguen a cientos, miles, incluso millones de personas en distintos lugares del mundo en tiempo real o en diferido.
Los formatos de comunicación pueden haber cambiado. Pero los objetivos sieguen siendo los mismos de hace 2500 años atrás: informar, persuadir, motivar.
En consecuencia, con este boom de la comunicacion audiovisual en público, la habilidad de poder comunicar de manera oral para convencer, persuadir, informar o entretener ha recobrado enorme fuerza.
Quien más quien menos puede beneficiarse de entender qué es la entrega cuando comunica en público, la importancia del diseño de un mensaje memorable, mejorar su comunicación no verbal o incluso aprender las figuras retóricas más usuales en la oratoria.
Todos podemos beneficiarnos de la Retórica para lograr mayor poder de influencia en su comunicación.
CONCLUSIÓN
La capacidad de poder comunicar oralmente con eficacia y persuasión nuestras ideas y puntos de vista es más relevante que nunca.
Las herramientas que tenemos para comunicar en público se han popularizado y los formatos se han multiplicado.
En consecuencia la Retórica ha recobrado nuevamente fuerza como un conocimiento práctico y útil.Te ofrece técnicas y métodos que se han ido perfeccionando a través de los siglos, que, si los aprendemos y aplicamos correctamente, tendremos muchas más posibilidades de lograr esos resultados deseados.
La habilidad de hablar en público con eficacia es muy útil y se puede aprender, afinar y dominar. ¿Cómo? Aprender las bases de la Retórica es parte del secreto.
Este artículo ha sido escrito por JC Durán como un aporte al conocimiento y divulgación de las buenas prácticas de la oratoria y el hablar en público.
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